Una noche Jedi, mientras dormía en la cama con Luke, notó algo raro en su joven dueño y corrió a la habitación de Dorrie, la madre de Luke y la despertó con sus patas. Ella al ver al perro supo que algo andaba mal y corrió donde su hijo; ahí le midió la presión y descubrió que la tenía muy baja.

Si bien Luke cuenta con un aparato especial para medir el nivel de azúcar en su sangre, su perro puede oler los cambios químicos de su sudor y detectar estas variaciones para poder avisar, muchas veces aún más rápido que el aparato, del peligro.

Es gracias a estas habilidades especiales que Jedi ha podido salvar la vida de Luke. Cuando el perro se percata que su dueño corre algún peligro lleva objetos de colores a Dorrie. Si el azúcar de Luke está baja, el perro se acuesta; y si en cambio está muy alta, el inteligente perro levanta su pata.

Pero el importante trabajo de Jedi no es ignorado, sus dueños lo recompensan con fiestas en donde todos le dan regalos, le abrazan y juegan con él. Es poco comparado con la enorme labor que realiza.

Tan sólo en EEUU hay 3 millones de personas con diabetes tipo 1. La madre de Luke tiene un perfil en facebook donde comparte las complicaciones diarias por las que su hijo y su perro pasan con la esperanza de hacer conciencia y lograr que las investigaciones respecto a esta enfermedad se amplíen. Por desgracia, no todos cuentan con un perro tan especial cómo lo es Jedi.

Este perro ha logrado ser parte importante en la vida de Luke; no sólo se la ha salvado en más de una ocasión, sino que es también su mejor amigo; todo un héroe. ¿Conoces alguna historia de un perro tan especial como Jedi? compártela en los comentarios.